Estaba buscando imágenes para el blog y me encontré con este texto, le pegué una leidita y creo que encaja bien en el blog, más si lo comentamos y creamos un debate al rededor de este...
ElisabethKübler-Ross. (Zúrich, 1926 – Scottsdale, Arizona, 2004).
Psiquiatra
suizo-estadounidense, una de las mayores expertas mundiales en el tema de la
muerte.
La Dra. Elisabeth Kubler-Ross (1926-2004)
fue una de las primeras personas en estudiar honestamente la relación que
tenemos con la muerte. Ella ha sido una de las más famosas expertas en materia
de la muerte y trabajó con miles de pacientes terminales.
Estudió
20,000 casos de gente de todo el mundo quienes habían sido declarados
clínicamente muertos y quienes después habían regresado a la vida. Algunos
habían sido naturalmente y otros fueron reanimados.
A
continuación tenemos un resumen con sus propias palabras, tomado de su libro On
Life After Death sobre los aspectos más importantes de lo que sucede al momento
de morir, a manera de incrementar nuestro conocimiento sobre esto y así, lograr
obtener una mayor tranquilidad al pensar en el momento de nuestra muerte o la
de nuestros seres queridos y alcanzar una diferente percepción de la vida
misma.
Ya no se trata de
“creer” sino de “saber”.
“La experiencia de morir es casi idéntica a la
experiencia del nacimiento. Es el nacer a una forma diferente de existencia la
cual puede ser probada de forma muy simple.
Por
miles de años te hicieron creer en las cosas del más allá. Pero para mí, ya no
se trata de creer sino de saber”.
Una mariposa que
emerge…
Existen tres etapas al momento de la
muerte. El fallecimiento del cuerpo humano es idéntico a lo que sucede cuando
una mariposa emerge de su capullo.
El capullo puede
compararse al cuerpo humano, pero no es idéntico a tu ser real, sino que se
trata solamente de la casa donde vive por un tiempo.
Morir
es mudarse de una casa a otra mucho más bella.
Tan
pronto como el capullo se encuentra en condiciones irreparables, la mariposa
será liberada.
En esta segunda etapa, el ser humano se
alimenta de energía psíquica. Tan pronto como tu alma deja tu cuerpo, te das
cuenta inmediatamente de que puedes percibir todo lo que sucede en el lugar
donde falleciste.
Sin embargo, no te encuentras registrando
todos estos eventos mediante tu conciencia terrena, sino con otra clase de
conciencia nueva.
Puedes enterarte de lo que los demás dicen
exactamente, de lo que piensan y de cómo actúan.
En
esta segunda etapa el que ha fallecido también se dará cuenta de que se
encuentra completo nuevamente.
Hicimos un
experimento con gente ciega: Aquéllos que tuvieron una experiencia “fuera de su
cuerpo” y regresaron, te podían contar en detalle qué colores y qué joyería
llevabas si estabas presente en el momento.
Personas
que eran ciegas, pueden ver de nuevo, y gente que no podía escuchar y hablar,
puede hacerlo otra vez.
Aquéllos de mis pacientes que sufrían de esclerosis
múltiple, me decían llenos de alegría después de que regresaban de una
experiencia cercana a la muerte “Dr. Ross, podía bailar de nuevo”.
Hicimos un experimento con gente ciega: Aquéllos que
tuvieron una experiencia “fuera de su cuerpo” y regresaron, te podían contar en
detalle qué colores y qué joyería llevabas si estabas presente en el momento.
“La experiencia de morir es casi idéntica a la
experiencia del nacimiento. Es el nacer a una forma diferente de existencia la
cual puede ser probada de forma muy simple.
Por
miles de años te hicieron creer en las cosas del más allá. Pero para mí, ya no
se trata de creer sino de saber”.
Nadie muere solo.
En esta segunda etapa notarás que nadie muere solo.
Cuando uno deja su cuerpo físico, uno no puede hablar más
en términos de tiempo, espacio o distancia en el sentido común porque éstos son
un fenómeno terrenal.
En este sentido, uno se da cuenta de que
nadie muere solo porque el difunto es capaz de visitar a quien desee.
Además, existe gente esperando por ti que fallecieron
antes que tú, quienes te quieren y aprecian bastante.
Lo
que la iglesia les enseña a los niños pequeños sobre los ángeles de la guarda
está basado en un hecho. Existen pruebas de que cada ser humano, desde su
nacimiento hasta su muerte, es guiado por una entidad espiritual. Todos tenemos
dicha guía espiritual, creamos en ella o no. Algunos niños pequeños los conocen
como “amigos imaginarios”.
Una paciente mía, ya
anciana llegó a decirme: “Él está de nuevo aquí. Cuando era niña, él estaba
siempre conmigo, pero me había olvidado completamente de que existía”.
Ella fallece un día después, llena de dicha sabiendo que
alguien que la quiere la está esperando…
En
general, la gente que está esperando por nosotros en el otro lado son aquéllos
quienes más nos quieren.
En los casos de
niños muy pequeños, cuyos padres, abuelos y otros parientes cercanos todavía
viven, son recibidos por sus ángeles de la guarda, o por Jesús o alguna otra
figura religiosa.
Todos encuentran el
cielo que han imaginado.
Antes de que salgas
de tu cuerpo físico para realizar la metamorfosis hacia la forma que tendrás
por toda la eternidad, pasas por una etapa que se encuentra totalmente
impregnada con imágenes terrenas.
Puede ser que te
encuentres flotando a través de un túnel, pasando por una gran puerta o
cruzando un puente.
Todos encuentran el cielo que han
imaginado.
El más grande, indescriptible e
incondicional amor.
Después de que has atravesado este túnel,
puente o puerta, te encuentras al final de él rodeado por luz.
Esta luz es más blanca que el blanco. Es muy brillante, y
cada vez que te aproximas más a ella, te sientes más y más envuelto por el más
grande, indescriptible e incondicional amor que te hayas podido imaginar.
Si alguien está teniendo una experiencia cercana a la
muerte, le es permitido ver esta luz sólo por un breve instante. Después de
esto, debe regresar. Pero cuando mueres realmente, la conexión entre el capullo
y la mariposa se rompe.
Después de esto, no es posible regresar a
tu cuerpo terrenal. Pero tú no querrías regresar a él de cualquier manera,
porque después de ver la luz nadie quiere regresar. En esta luz, tú
experimentarás por primera vez lo que el hombre pudo haber sido. Aquí se
encontrarás entendimiento sin juzgar, y amor incondicional.
En esta presencia, tú sabrás que toda tu vida en la
tierra no fue más que una escuela a la que tuviste que asistir para poder pasar
ciertas pruebas y aprender lecciones especiales.
Tan
pronto como has finalizado esta escuela y aprendido tus lecciones, será
permitido que regreses a casa, que te gradúes!
La
mayor lección de todas.
Algunas personas preguntan: “¿Por qué los
niños pequeños mueren?”
La respuesta es simple.
Ellos aprendieron en un período muy corto lo que uno
tiene que aprender, lo cual pueden ser diferentes cosas.
Hay
una cosa que todos tienen que aprender antes de regresar y es el amor
incondicional.
Si tú has aprendido y practicado esto,
has aprendido la mayor lección de todas.
En
esta presencia de luz, tienes que voltear a ver lo que fue de tu vida desde el
primer día hasta el último.
Con esta
visualización de tu vida has alcanzado la tercera etapa.
Conocerás
en detalle cada pensamiento que tuviste, recordarás cada palabra, cada acto.
Esta recapitulación es sólo una pequeña parte de tu
conocimiento porque en este momento también conocerás todas las consecuencias
resultantes de cada uno de tus pensamientos, palabras y actos.
Dios es amor incondicional. Durante esta revisión de tu
vida terrena no culparás a Dios por tu destino, sino que te darás cuenta de que
tú mismo fuiste tu peor enemigo, debido a que te acusarás a ti mismo de haberte
negado tantas oportunidades para crecer.
Ahora
sabrás que hace mucho tiempo, cuando tu casa se quemó, tu hijo murió, tu esposo
se lastimó, todas esas tragedias fueron solamente oportunidades para crecer:
para crecer en entendimiento, en amor, en todas esas cosas que tenemos que
aprender.
Todos hemos sido creados para vivir una
muy simple, bella y maravillosa vida. Mi más grande deseo es que comiences a
ver la vida de manera diferente.
Si aceptas tu vida
como algo para lo que fuiste creado, ya no volverás a cuestionar cuáles vidas
son prolongadas y cuáles no.
Mi deseo es
transmitir a cuanta gente sea posible un poco más de amor.
Piensa
en todos los regalos costosos que regalas en Navidad, realmente dudo que sea
necesario… Amor incondicional sería más apropiado.
Existen
20 millones de niños muriendo de hambre en el mundo. Piensa en toda la gente pobre…
Reparte tus bendiciones…de esta manera, cuando las
tormentas azoten tu vida, piensa en aquéllas personas a las que ayudaste como
un regalo para ti mismo… por toda la fortaleza que te dieron y las enseñanzas
que te transmitieron”.
Bibliografía:
Küubler-Ross,
Elisabeth.
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